El término municipal de Venturada, uno de los pueblos de Madrid que se asienta entre dos valles, uno al este marcadamente abrupto que se ha formado por la confluencia de los arroyos Sacedón y Cabozo, y al oeste menos accidentado el paisaje está configurado por el Valle del Arroyo Albalá. La vegetación es variada debido a sus diferentes zonas topográficas, bosques de encina y vegetación de ribera en las faldas del valle, y un quejigar que crece sobre yesos que constituye un ejemplo destacado dentro de la botánica de la zona. Una importante red de vías pecuarias cruza el municipio.

Sus orígenes se encuentran en los siglos II, III y IVD.C., con la presencia romana. En el siglo XIII es un pequeño núcleo de población cristiano, en el que la gente que iba de Burgos a Toledo descansaba durante su viaje. A partir de la Reconquista, Venturada perteneció a la Villa de Uceda y más tarde al Arzobispado de Toledo. Todo ello hasta 1593, cuando obtiene el privilegio de Villazgo, independizándose así tanto de la Villa de Uceda como de la Archidiócesis de Toledo. También sufrió la intrusión de tropas napoleónicas que fueron en busca de descanso y provisiones.

Dentro de su patrimonio cultural destaca entre otros ejemplos, la Iglesia de Santiago Apóstol, de los siglos XII Y XIII y de estilo románico, y la Capilla de Nuestra Señora de Monterrey. Además, la Atalaya de Venturada fue declarada Monumento de carácter Histórico-Artístico en 1983.

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