Os proponemos un recorrido por el Valle del Jarama, en el que podéis conocer los municipios de Patones, Torremocha, Torrelaguna y Redueña mientras disfrutáis de la cultura de la Sierra Norte de Madrid y de sus «Reinos Escondidos».
Patones, con un entorno privilegiado, esconde un interesante patrimonio geológico y una gran geodiversidad, por eso aquí se encuentra el Museo aula Geológica, que cuenta con una exposición exterior con una colección de rocas de la Sierra de Madrid y una exposición interior con paneles, maquetas y reproducciones de la cueva del Reguerillo, de un cráneo de oso de las cavernas, fósiles, fallas etc.
Hemos diseñado distintas actividades para que os transforméis en geólogos para descubrir la historia de millones de años a través de las rocas, entender cómo se formó el paisaje de vuestro alrededor y comprender por qué Patones de Arriba es un pueblo de arquitectura negra.
Interesantísima ruta para conocer las infraestructuras hidráulicas realizadas a finales del s. XVIII por el Conde de Cabarrús.
La colección de este museo se distribuye en el interior del Polígono artesanal Torrearte y perímetro exterior del entorno artesanal, así como en las calles y plazas de Torremocha, donde encontramos la de maquinaria grande de otros tiempos y los cocederos de vino.
Este museo es resultado de muchos esfuerzos y colaboraciones, entre ellas destacar las donaciones de muchas de las herramientas y aperos, de los torremochanos.
El Museo de la Agricultura, es el testigo de continuidad de la identidad agrícola de Torremocha. Actualmente, la agricultura tiene poco peso en el desarrollo económico del municipio, pero si lo tiene en el ámbito cultural y social. El conocer nuestro pasado nos proporciona razones del avanzar de nuestro pueblo. Esta función agrícola, se merece un mantenimiento y reinvención de futuro.
Situada en el valle medio del Jarama, al nordeste de la Comunidad Autónoma de Madrid, Torrelaguna sorprende por su historia –es el lugar de nacimiento del Cardenal Cisneros y de Santa María de la Cabeza y aquí vivió San Isidro Labrador- y por la arquitectura de su casco histórico que invita a pasear por sus calles y que la llevó a ser declarada en 1974 Conjunto Histórico Artístico.
Si hay un enclave mítico en esta localidad, ese es la bella Plaza Mayor, donde podemos encontrar desde el Ayuntamiento (fundado por el Cardenal Cisneros en 1514 para servir como almacén de grano) a la Iglesia de Santa María Magdalena (uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótica madrileña y que alberga los restos del poeta Juan de Mena y la lápida de Alfonso Jiménez, padre del Cardenal Cisneros). También veremos el Convento de las Hermanas Franciscanas y la Cruz de Cisneros, que fue levantada en 1802 sobre el lugar en el que estaba la casa donde nació el Cardenal, del que se sabe que no reparó en gastos para mejorar su Villa. Caminando por sus rincones también podemos hallar restos de su antigua muralla del siglo XV, otros monumentos religiosos como el Monasterio Franciscano de la Madre de Dios o construcciones civiles como la Alhóndiga recientemente rehabilitada, el Centro Montalbán o la Casa de la Cultura. A su vez, seguro llamarán nuestra atención casas y palacios que remarcan el antiguo esplendor de Torrelaguna como el Palacio Arteaga, el Palacio Salinas o la Casa Vargas.
La Senda para Todos es un recorrido sin apenas desnivel con un trazo firme, que permite el acceso a personas con movilidad reducida o en silla de ruedas. Los contenidos de los paneles están adaptados para las personas invidentes, contextos en braille y volúmenes en relieve para que puedan conocer la riqueza ambiental de la dehesa boyal de Redueña. La dehesa boyal constituye uno de los mejores ejemplos de bosque mediterráneo de la Sierra donde crecen quejigos, encinas, o enebros de la Miera entre otras especies.
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