El senderismo se ha convertido en uno de los deportes más populares en nuestro país, una de las razones es que es un deporte al alcance de todos y todas debido a que lo pueden realizar personas de todas las edades y niveles, adaptando la ruta a su forma física y es una modalidad muy segura en general. Otra de las razones es que nos permite conocer enclaves naturales de gran belleza, alcanzar lugares con grandes panorámicas, visitar recursos patrimoniales situados en el medio natural o caminar de un pueblo a otro.
Desde el punto de vista social, es un deporte que se puede realizar en familia, con amigos o nos puede permitir conocer gente, a través de asociaciones de senderismo o viajes organizados en grupo que realizan salidas de un día o varios días.
Entre los beneficios físicos del senderismo destaca la mejora de la salud cardiovascular y respiratoria, debido al fortalecimiento del tejido pulmonar y el músculo cardiaco.
El senderismo mejora los niveles de colesterol, nos ayuda a reducir o controlar nuestro peso corporal, pudiendo reducir entre 400 y 550 calorías por hora en terrenos difíciles.
Cuando realizamos senderismo normalmente cargamos nuestra mochila con algo de peso, que aumenta cuando las salidas son de varios días o en época invernal que requieren normalmente la carga de más equipo, esto favorece el aumento de densidad ósea lo que reduce el riesgo de osteoporosis.
Indudablemente el senderismo nos hace ejercitar y por lo tanto aumentar nuestra masa muscular; cuádriceps, isquiotibiales, flexores de la cadera, pantorrillas, glúteos, son algunos de los músculos que se ven implicados en este deporte. El uso de bastones de trekking también puede ejercitar los músculos de la parte superior del cuerpo, como brazos y hombros.
Los terrenos mixtos, evitar las rocas y resaltes del terreno, las pequeñas trepadas y destrepes que podemos encontrar nos ayudan a mejorar nuestro equilibrio, postura corporal y coordinación de movimientos.
La salud mental es otro de los beneficios del senderismo, caminar tan solo 30 minutos reduce el estrés y si realizamos caminatas más largas o con más frecuencia, ayudamos reducir la ansiedad y la depresión, mejorar la cognición, la memoria y la capacidad para resolver problemas. Caminar por terrenos montañosos o rurales requiere que nuestro cerebro este en alerta constante para procesar el campo visual e identificar los peligros secuenciales de tropiezos y resbalones a medida que aparecen en el camino.
El senderismo potencia la capacidad del sistema nervioso para reorganizarse y establecer nuevas conexiones funcionales, lo que nos permite aprender y evolucionar a lo largo de la vida y potencia los centros de pensamiento y memoria del cerebro.
Los paseos por el campo hacen que los problemas que nos asaltan no parezcan tan graves, encontramos otros puntos de vista y nuevas maneras de afrontarlos frente a la rumiación, en la que los pensamientos estresantes se quedan atascados en un bucle.
Además, es un deporte que favorece la socialización, salir con otras personas a practicar senderismo combate la soledad y aumenta la confianza en uno mismo.
El ritmo o la cadencia de la caminata unido con los efectos relajantes de las vistas, los olores, los sonidos y el aire fresco son también beneficiosos para la salud mental y física. La contemplación de la naturaleza puede ayudar a recuperarse de una dolencia y la inhalación de algunos compuestos orgánicos que liberan los árboles mejoran la inmunidad.
Otro beneficio del senderismo es que la combinación de actividad física y exposición a la naturaleza puede favorecer la liberación de endorfinas, lo que mejora el estado de ánimo y reduce el estrés. La luz natural ayuda a regular los ritmos circadianos y mejorar la calidad del sueño, además de que la vitamina D proporcionada por la luz solar es buena para la salud ósea y para evitar enfermedades.
Iniciarse en el senderismo no requiere de grandes desembolsos en material y en principio, no es necesaria formación, aunque si es aconsejable si nos vamos aventurando cada vez más en este deporte, realizar algún curso de orientación, donde nos enseñen a interpretar un mapa, tener nociones básicas para orientarnos y situarnos y saber manejar un GPS, además de tener unos conocimientos básicos de primeros auxilios.
A la hora de elegir las rutas debemos empezar por las que se ajusten a nuestro nivel físico y a partir de ahí, ir progresando. Hoy en día existen multitud de recorridos señalizados y existen aplicaciones para seguir este tipo de itinerarios.
La Sierra Norte de Madrid es un lugar ideal tanto para la práctica como para la iniciación y cuenta con rutas e itinerarios para todos los niveles. Además, la Sierra Norte cuenta con una novedosa Red de Caminos llamada Carpetania ( www.carpetania.org ) que conecta los pueblos y recursos naturales, históricos o patrimoniales a través de caminos señalizados. El variado relieve de la Sierra Norte se adecua a los que se inician en este deporte con rutas en los fondos de valle, rutas locales en las cercanías de los pueblos, o caminando de pueblo a pueblo y para los mas experimentados existen rutas que conducen a nuestras alturas más elevadas que atraviesan collados y puertos o que transitan por sus laderas y cordeles.
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